El trabajo doméstico
El ser humano siempre ha deseado enfrentarse a las fuerzas de la naturaleza y dominarlas, esto se debe a nuestro raciocinio que nos lleva a modificar el propio entorno para mejorar las condiciones que nos rodean, para nuestro beneficio. Esto sucede hace miles de años, uno de los constructos del hombre para defenderse de las fuerzas de la naturaleza y modificar su entorno han sido las casas, los primeros hallazgos documentados de estas fueron aproximadamente hace 6000 años a.c , 4000 años a.c aproximadamente después del surgimiento de la agricultura (según la wikipedia).
Entonces la humanidad en su lucha por permanecer como especie creo el trabajo doméstico ( algo que surgio como una consecuencia lógica de la naturaleza humana). Este tipo de ocupación permite controlar y ordenar el supuesto caos producido por la naturaleza, cuando en verdad es ella la que reclama su lugar, es un luchar contra la enfermedad que se identifica con la suciedad, y se manifiesta fisicamente con la fealdad, por lo tanto es una busqueda de lo bello, lo estético, lo pulcro.
Y en esa busqueda de la belleza, elaboramos un ideal de petrificar las formas para nuestra satisfacción física (salud) y mental: nuestra mente descansa al ver las cosas en su sitio y se deleita en la armonía y si somos quienes hacemos el aseo nos regocijamos por nuestros efimeros resultados, y me refiero a efimero pues las labores domésticas son en cierto modo como leí una vez como la condena de Sísifo, el cual debe empujar hacia arriba de una montaña una piedra hasta su cima y cuando trata de terminar esta labor la piedra rueda y debe empezar de nuevo a empujarla. Las labores domésticas son tediosas y repetitivas y el resultado de ellas puede perderse en un instante. También en un performance realizado por una artista colombiana se habla del constante trajinar de las amas de casa, el cual consiste en poner y recoger obejtos en una habitación durante un día completo.
Ese constante trajinar es visto como una labor sencilla pues no requiere un gran esfuerzo mental para llevarse a cabo, pero no se dan cuenta de la ardua labor que es el trabajo doméstico que puede llevar a una persona gastar varias horas en una ocupación poco valorada que tiene baja remuneración o ninguna ( y si tienen hijos y mascotas puede llevarse gran parte de las horas del día en los quehaceres domésticos). Y ese desprecio de los que realizan las faenas cotidianas de organización y limpieza del día a día viene hasta de las mismas mujeres que tanto se han visto encauzadas historicamente en esta labor, pues algunas se ven como seres superiores a sus empleados de limpieza en vez de solidarizarse con otros que no tuvieron sus mismas oportunidades para tener solvencia económica. Lo más triste de todo es ver a escritoras como Esther Vilar decir que las labores del hogar se hacen en dos horas y que las puede realizar un oligofrénico.
Por mucho tiempo las empleadas domésticas que trabajaban para casas de familia no tuvieron los mismos derechos laborales que otras trabajadores en el país de Colombia, solo hasta hace poco tiempo pudieron adquirir sus prestaciones laborales como "Dios manda" aunque con baja paga, incluso María Roa Borja del sindicato de empleadas domésticas dio un discurso en la universidad de Harvard para visibilizar las problemáticas que ha tenido que vivir ella y las demás personas de su gremio, allí recibio un gran aplauso y concientizo a muchos asistentes.
Es importante valorar el trabajo doméstico ya sea que lo hagamos nosotros mismos u otras personas dentro o fuera del hogar, pues este mejora nuestra calidad de vida. Cuando usted vea un familiar o ser querido atareado en las labores domésticas y puede ayudarlo hágalo, Si tiene una empleada del servicio respete sus derechos y vele por ellos, no tire basuras a la calle porque "ya hay quien la recoja", no se sienta superior a alguien porque no tuvo sus mismas oportunidades de tener fondos para alcanzar un empleo "respetable", si tiene la oportunidad de luchar por los derechos de otros hagalo.
La labor que en muchos casos es realizada por su madre, padre o nana debe ser apreciada por las cualidades que mencione anteriormente y por el respeto que se debe tener por los seres humanos como sujetos de derecho.
Los padres responsables dan todo de ellos para que sus hijos tengan un mejor futuro y algunos vástagos no tienen consideración con los responsables de su crianza, en muchos casos la madre se encarga de "los oficios" mientras el padre "trabaja", los dos emplean positivamente su tiempo para mantener el hogar, en otros casos ambos trabajan y tienen una empleada doméstica para cuidar de su casa y sus hijos, también los progenitores pueden trabajar y en este caso el hombre desconsideradamente puede confiar a su esposa todas las labores domésticas.También hay padres o madres ausentes que dejan en su antigua pareja las tareas del hogar y abandonan a su hijos.Y así se podría mencionar las diversos situaciones que llevan a un familiar o a uno mismo de encargarse de las faenas domésticas.
La mayor remuneración que se puede tener con el familiar encargado de las labores domésticas, que generalmente es una mujer de la familia es quererla, ayudarla y darle la mano en los momentos que más lo necesita y salirse de los estereotipos machistas de los supuestos quehaceres determinados para uno u otro sexo.
Por: María Fernanda Sucerquia Uribe.
Entonces la humanidad en su lucha por permanecer como especie creo el trabajo doméstico ( algo que surgio como una consecuencia lógica de la naturaleza humana). Este tipo de ocupación permite controlar y ordenar el supuesto caos producido por la naturaleza, cuando en verdad es ella la que reclama su lugar, es un luchar contra la enfermedad que se identifica con la suciedad, y se manifiesta fisicamente con la fealdad, por lo tanto es una busqueda de lo bello, lo estético, lo pulcro.
Y en esa busqueda de la belleza, elaboramos un ideal de petrificar las formas para nuestra satisfacción física (salud) y mental: nuestra mente descansa al ver las cosas en su sitio y se deleita en la armonía y si somos quienes hacemos el aseo nos regocijamos por nuestros efimeros resultados, y me refiero a efimero pues las labores domésticas son en cierto modo como leí una vez como la condena de Sísifo, el cual debe empujar hacia arriba de una montaña una piedra hasta su cima y cuando trata de terminar esta labor la piedra rueda y debe empezar de nuevo a empujarla. Las labores domésticas son tediosas y repetitivas y el resultado de ellas puede perderse en un instante. También en un performance realizado por una artista colombiana se habla del constante trajinar de las amas de casa, el cual consiste en poner y recoger obejtos en una habitación durante un día completo.
Ese constante trajinar es visto como una labor sencilla pues no requiere un gran esfuerzo mental para llevarse a cabo, pero no se dan cuenta de la ardua labor que es el trabajo doméstico que puede llevar a una persona gastar varias horas en una ocupación poco valorada que tiene baja remuneración o ninguna ( y si tienen hijos y mascotas puede llevarse gran parte de las horas del día en los quehaceres domésticos). Y ese desprecio de los que realizan las faenas cotidianas de organización y limpieza del día a día viene hasta de las mismas mujeres que tanto se han visto encauzadas historicamente en esta labor, pues algunas se ven como seres superiores a sus empleados de limpieza en vez de solidarizarse con otros que no tuvieron sus mismas oportunidades para tener solvencia económica. Lo más triste de todo es ver a escritoras como Esther Vilar decir que las labores del hogar se hacen en dos horas y que las puede realizar un oligofrénico.
Por mucho tiempo las empleadas domésticas que trabajaban para casas de familia no tuvieron los mismos derechos laborales que otras trabajadores en el país de Colombia, solo hasta hace poco tiempo pudieron adquirir sus prestaciones laborales como "Dios manda" aunque con baja paga, incluso María Roa Borja del sindicato de empleadas domésticas dio un discurso en la universidad de Harvard para visibilizar las problemáticas que ha tenido que vivir ella y las demás personas de su gremio, allí recibio un gran aplauso y concientizo a muchos asistentes.
Es importante valorar el trabajo doméstico ya sea que lo hagamos nosotros mismos u otras personas dentro o fuera del hogar, pues este mejora nuestra calidad de vida. Cuando usted vea un familiar o ser querido atareado en las labores domésticas y puede ayudarlo hágalo, Si tiene una empleada del servicio respete sus derechos y vele por ellos, no tire basuras a la calle porque "ya hay quien la recoja", no se sienta superior a alguien porque no tuvo sus mismas oportunidades de tener fondos para alcanzar un empleo "respetable", si tiene la oportunidad de luchar por los derechos de otros hagalo.
La labor que en muchos casos es realizada por su madre, padre o nana debe ser apreciada por las cualidades que mencione anteriormente y por el respeto que se debe tener por los seres humanos como sujetos de derecho.
Los padres responsables dan todo de ellos para que sus hijos tengan un mejor futuro y algunos vástagos no tienen consideración con los responsables de su crianza, en muchos casos la madre se encarga de "los oficios" mientras el padre "trabaja", los dos emplean positivamente su tiempo para mantener el hogar, en otros casos ambos trabajan y tienen una empleada doméstica para cuidar de su casa y sus hijos, también los progenitores pueden trabajar y en este caso el hombre desconsideradamente puede confiar a su esposa todas las labores domésticas.También hay padres o madres ausentes que dejan en su antigua pareja las tareas del hogar y abandonan a su hijos.Y así se podría mencionar las diversos situaciones que llevan a un familiar o a uno mismo de encargarse de las faenas domésticas.
La mayor remuneración que se puede tener con el familiar encargado de las labores domésticas, que generalmente es una mujer de la familia es quererla, ayudarla y darle la mano en los momentos que más lo necesita y salirse de los estereotipos machistas de los supuestos quehaceres determinados para uno u otro sexo.
Por: María Fernanda Sucerquia Uribe.
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