mi mamá

Señora segura de sí misma que anda con elegantes vestidos aunque estos no siempre sean los más lujosos, siempre pulcra de cuerpo y alma, preocupada por sus enfermitos a los cuales les da la comunión una vez a la semana en su domicilio. De espíritu fuerte que no le agacha la cabeza a nadie, líder de su hogar, esposa fiel y madre diligente, a la cual le hago perder a veces la paciencia con mi terquedad y pequeñas torpezas en el ámbito de lo doméstico.

Hija de María Noemí Botero Cano y de Fernando Uribe Correa, una devota ama de casa y un cabo de policía, el cual nunca conocí, pues murió estando yo en el útero materno.Mujer  medellinense, siempre ha vivido en la casa que habitamos actualmente, tiene un hermano, mi tío Joaquín con el que se lleva muy bien.

Estudió en la I.E Cristobal Toro y el la I.E Lorenza Villegas de Santos, disfrutaba de todas las materias excepto de las matemáticas, por una docente que le hacía imposible la vida. Conoció a mi papá en el barrio Guadalupe de Medellín y salían a las heladerías a departir en rato y a bailar. Se casaron por la iglesia católica y tuvieron a sus tres hijos incluyéndome.

A ella le hubiera gustado ser pediatra, pues le encanta proteger a los niños, estuvo en varios cursos (panadería, peinados y de arte) en su juventud y pintó algunos cuadros (hija de tigresa salé pintada, la hija soy yo), le encantan los dálmatas y los pomerania, tuvo un perrito frech poodle minitoy que quiso mucho llamado peluche, el cual siempre estaba a su lado cuando hacía oficio.

Mi mamá  apoyó la enseñanza de los docentes y  enseñó a sus hijos a leer, escribir y las operaciones básicas, siempre estaba pendiente de que hiciéramos las tareas en el colegio, cuando estábamos en primaria nos revisaba los cuadernos para ver que estuvieran en condiciones óptimas y que cumpliéramos con nuestras obligaciones escolares. También me enseñó la importancia del orden, el aseo, los buenos modales y de la vida espiritual: ella es un ejemplo de valores.

Siempre está pendiente de sus canijos y del hogar, mucho más que cualquiera de nosotros. Yo soy un poco desordenada y eso le hace salir canas de todos los colores, pero estoy dispuesta a mejorar ello para ser una mejor persona, pues el orden de la vida de una persona comienza en su cabeza y en su habitación.

Se entristeció mucho cuando mi abuela Noemí falleció,mucho más que cuando murió mi abuelo, ya que ellas  compartieron muchos años de su vida y tuvieron un vínculo emocional muy fuerte. Eso probablemente junto con mis padecimientos mentales causó que sufriera un transtorno de ansiedad que ya ha superado gracias a un adecuado acompañamiento y su fortaleza mental. Siempre que estado en estado delirante se preocupa, confunde, pero siempre ha estado para darme mucho amor y cuidarme junto al resto de mi familia.

He aquí un retrato simbólico y biográfico de mi madre, la cual siempre está a mi lado teniéndome paciencia en mis pequeñas torpezas y esperando que sea un chica más espiritual por el bien de mi alma. Siempre atenta y justa  como  una santa.

María Fernanda Sucerquia Uribe
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Santa Betsabé Espinal, Santa María Cano
Mafe Sucerquia Artista Plástica

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