El rol de género

Los seres humanos tienen dos sexos, el femenino y masculino, cada uno de ellos previamente diferenciados por sus órganos y características sexuales físicas, y por disposiciones psicológicas y sociales adquiridas en su contexto. Según lo anterior se espera que el hombre y la mujer tengan unos modos de ser universalmente determinados. De la mujer se piensa que debe ser femenina, por lo tanto delicada, amante de las últimas tendencias de la moda masiva, sumisa y poco afecta del mundo de la ciencia y filosofía. Del hombre se cree que debe ser masculino, fuerte, amante de los deportes, la tecnología, las herramientas y todas las ramas del conocimiento. Estos  modos de ser para los dos sexos no necesariamente tienen que ser así, ya que hay diversas maneras de enfrentar la sexualidad (existe la comunidad lgtbi y varios juegos sexuales), diferentes estéticas urbanas con sus particulares discursos e ideologías y nuestra relación con el saber que no está delimitadas por nuestros genitales, sino por nuestra mente y estereotipos sociales.




Para los sectores más jóvenes de la sociedad occidental hay una mayor aceptación de la diversidad sexual, pero en hay sectores más conservadores dentro y fuera de occidente que conciben la unión entre sexos dentro del matrimonio heterosexual religiosamente constituido, y esto último es negativo pues estas formas de asumir la sexualidad y roles de género en las que están inmersas muchas personas y familias que son sanas y completamente válidas se niegan a ser vistas con buenos ojos.

El origen de esta intolerancia hacia otros modos de asumir los roles de género es en muchos casos de origen religioso, pero también social por la cultura del machismo, por parte de los hombres y las mujeres que piensan que se debe cumplir un prototipo de lo que es lo femenino y masculino, y esto causa los más grandes males a muchas personas llevándolos en muchos casos a romper los derechos humanos, destrozar familias y a enemistar a hombres y mujeres haciendo aflorar actitudes como la androfobia y misoginia.



Varias mujeres se supeditan al rol del ama de casa impidiendo prosperar económica e intelectualmente, y esto puede ser por causas económicas y culturales, pero ahora  en nuestra civilización occidental hay muchas oportunidades para alcanzar los sueños de superarse como persona, aunque hay algunas mujeres que solo desean tener un hombre que las mantenga sin producir conocimiento, ni formar sus hijos, ni aportar con el orden ni económicamente en su casa, aunque el hombre las maltrate. Eso es desidia y falta de voluntad.



No soy una persona que se caracterice por ser muy delicada en ciertos aspectos y a veces hasta contestataria, creo que cada uno de nosotros tiene un aspecto femenino y masculino dentro de nuestro ser, como decía Jung un alma femenina para los hombres y un inconsciente de carácter masculino para la mujer. La calidad de un ser humano no esta en asumir esta o aquella disposición sexual, sino en la medida en que respeta los derechos del otro y aboga por ser una mejor persona cada día.



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